31/12/11

Un nuevo año nuevo. Un nuevo armagedón

El año nuevo implica para mucha gente la renovación de la esperanza. Siempre comparo esto con un campeonato de fútbol, al principio todos nos sentimos campeones.
Sin embargo reconozco que en muchos aspectos soy un tipo bastante lúgubre aunque, al igual que en la leyenda de la caja de Pandora, sé que lo último que queda es la esperanza.
Esta cuestión tanática, tan presente en mí, me ha acompañado desde niño. Siempre me fascinó el temor de la gente con respecto a la muerte y aprendí que el temor es un arma muy utilizada para dominarnos. Y la mejor arma para contrarrestarlo es el humor. Por esa simple razón es que me permito reírme del "Fin del mundo".
Tenía 13 años cuando escuché hablar por primera vez de esto. En 1984 varios "mesías" lo anunciaban a los cuatro vientos (quizás influenciados por la novela de George Orwell). Llegó 1999 y volvieron a anunciarlo (con el agregado del temido Y2K). Ahora lo están anunciando nuevamente... Y nos piden arrepentimiento, sumisión, fe y demás "virtudes teologales" que no estoy dispuesto a tolerar.
Si el mundo (o mi mundo) se acabase sé que hice todo lo quise, todo lo que estuvo a mi alcancé: disfruté, amé, reí, y también padecí, aborrecí y me sentí mal. En definitiva VIVÍ que es aquello que odian quienes quieren dominarnos...
Sin embargo, y a diferencia de mucha gente, no despotrico contra este año que se va. Este año que se va ha sido benévolo conmigo y lo recordaré por mucho tiempo.
Me casé, conocí lugares nuevos para mí y volví a estar en otros lugares donde me siento "en casa", me reencontré con afectos a los que hacía mucho tiempo que no veía, y conocí mucha gente con quienes la amistad surgió espontáneamente.
Por todo eso y por mucho más les deseo a todos un muy feliz fin del mundo. El fin de este mundo de dolor, de egoísmo, de deshumanización.

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