12/2/11

Búsqueda

Probando cuerpos.
Rasgando pieles en tu búsqueda.
Libando sudores de amores fortuitos.
Creí poder olvidarte y no fue así.
Sólo hallé lo que no pude dejar.
Sólo dejé lo que no pude hallar.
Un juego macabro.
Pasiones eternas.
Afloran en mí tus palabras,
tu aroma, tu ser.
Y sé que a pesar de agonizar
moriré en cuanto te encuentre.

6/2/11

La coprolalia nacional

Según el DRAE (el diccionario de la Real Academia Española) la coprolalia es la "tendencia patológica a proferir obscenidades". Como enfermedad, su comprobación más evidente es el síndrome de Tourette.
En este país, con el flagelo de esta especie de pandemia, estamos acostumbrados a escuchar los improperios más disímiles. Dichos exabruptos, en general, son la manifestación de cierto desengaño, abatimiento o frustración.
Aunque los insultos que me molestan sobremanera son aquellos que son producto de actos de vileza, como la discriminación, o esos otros que son la respuesta refleja frente a la escasez de argumentos, como cuando alguien no puede refutar nada con cierta altura. Obviamente no soy un ser extraterrestre y caigo continuamente en este error. Pero puedo verlo en perspectiva y me exijo a encontrar las palabras adecuadas en una discusión.
¿Cuántos más serán capaces de esta autoexigencia?
Después de todo tenemos un idioma riquísimo en vocablos y, tal como dijera un estimado amigo mío, "hablar bien no cuesta un carajo".