8/1/11

Nos vamos poniendo tecnos

Eso dijo Luca Prodan alguna vez parafraseando a Pablo Milanés. Ante cada nueva maravilla tecnológica nos quedamos embelesados y, casi sin querer, nos trasladamos automáticamente a la época en que tales cosas eran propias de un relato de ciencia ficción. El mundo avanza y junto a él, avanzan también las manecillas del reloj. Sí, también las de nuestro reloj interno. ¡Y es que cuesta tanto digerir que el tiempo sea tan impiadoso! Soy parte de ese sector etario demasiado joven para pensar en la jubilación y demasiado viejo para trabajar de cadete. Soy parte de ese sector que los economistas denominan como "netamente productivo".
Sin embargo, me dí cuenta de lo fácil que puede resultar calcular cuán viejos estamos. Y no hablo de edades cronológicas, ni imposibilidades físicas. Hablo de relaciones sociales. Ustedes dirán ¿y cómo es eso? Bueno, es que las relaciones que entablamos con quienes nos rodean (y con el mundo en sí) van cambiando de manera casi imperceptible.
De repente, un día nos despertamos y ya no nos causa placer tomar vino o cerveza sentados en el cordón de la vereda. Preferimos sentarnos a la mesa de cualquier bar (medianamente normal) y degustar el sabor de lo que estamos bebiendo, además de detenernos justo antes de transformarnos en seres antropomorfos hostiles.
Pasa algo parecido en los recitales. Ya no hacemos un pogo exacerbado. Ya no estamos sudando y sufriendo contra la valla de contención frente al escenario. Y no es por aburridos. Es que ya no nos bancamos estar dos horas oliendo el sudor de un tipo al que jamás volveremos a ver. Disfrutamos de la música sin exacerbarnos, lo que justamente significa "disfrutarla".
Otra característica que se trastoca es que cuando vamos a los cumpleaños de nuestros amigos, la gran mayoría de ellos llega acompañado. Y no hablo sólo de esposa, mujer o amante sino que muchas veces también lo hacen acompañados de sus hijos. Es entonces cuando ya no hablamos de "nosotros" sino de "ellos", de esos pequeños seres que colman nuestros días con palabras como pañales, juguetes, colegio, vacunas, etc.
El siguiente ítem es la cuestión laboral. Cuando surge este tema es cuando todos intentan demostrar que sus respectivos jefes son las peores personas del mundo. A medida que se suceden las exposiciones de cada uno, el siguiente redobla la apuesta agregando un tinte aún más dramático al relato anterior. Esto se exacerba a su máxima potencia si hay alguien que esté en una empresa familiar... Pero yo no estoy aquí para defender a los patrones. En absoluto. Es como una vez me dijo un amigo: No hay patrones buenos, el único patrón bueno es el que está finado.
Aún así, y a pesar de todo y de todos, seguimos siendo niños que se ríen de cosas estúpidas, adolescentes que se rebelan ante lo injusto. Porque nuestra esencia sigue siendo la misma. Pero si cometemos el error de matar a ese niño, a ese adolescente interior, nos convertimos en nada. O como diría Hegel :"La verdad no es el ser ni la nada, sino el hecho de que el ser se convierta o, mejor, se haya convertido en nada".


5/1/11

Madrugada

Son las tres de la mañana
muy temprano o muy tarde para tus planes.
Las luces de la avenida
se deleitan coloreando espectros.
La ciudad se depura
vomitando sus desdichas.
Y los olores, cada vez más intensos,
se extienden por doquier.
Todos olvidan la hipocresía del día
y asumen la honestidad de la noche.
Es hora de trenes guardados
y gatos amantes,
hora de dioses dormidos
y vicios saciados.
Es hora de relaciones fortuitas
y emociones intensas.
Aunque todo tenga la tenaz carga
del sueño y el dolor.

1/1/11

Por fin!! Ya tengo blog!!!

Durante mucho tiempo estuve pensando en crear un blog. Quizás esto tenga algo de egolatría, quizás sea una forma de perpetuar pensamientos, quizás sea (tan sólo) pensar en voz alta. Entonces dije: ¿qué debería poner como primera entrada que sirva para definirme ante los posibles visitantes al blog? Pues, hasta ahora (en que escribo estas líneas) no se me ocurrió nada. Y es que nadie puede definirse por una simple palabra, por un gesto, ni mucho menos, por un post. "Sólo sé que no sé nada" dijo Sócrates alguna vez. "Pienso, luego existo" adujo Descartes. Y yo, sin ser un filósofo, digo " Sólo sé que existo para pensar que no sé nada". Y por eso propongo que se me vaya conociendo a medida que se discurran mis pensamientos en esta hoja de papel virtual.